Hace poco que me ha llegado un sms. El aita de un amigo mío acaba de fallecer, así, casi repentinamente. Lo siento, "Rambo".
Me hace volver a reflexionar sobre lo impredecible que resulta la vida y, sobre todo, de lo agradecido que tengo que estar por cada nuevo día. Y es que, a pesar de mis quejas, del momento que vivo, puedo seguir disfrutando de lo bueno y, también, de lo malo. Como en el
cuento de Bucay, " El rey ciclotimico ", debo saber que esto también pasará.
A los 12 años tuve apendicitis y si hubiesen sido otros tiempos o hubiera estado en otro país, se podría haber acabado ahí mi camino. O en agosto de 2004, o en invierno de 2005, con mi querido cuñao, o mucho antes, o .... Amigos mios ya han caído y yo me sigo quejando de mi desdicha. ¿Qué desdicha, gilipollas?. Date un paseo mental por el mundo y toma perspectiva. Egoista. Imbécil. Egocéntrico.
Os echo de menos, "Flo", "Jari".
Tuz me decía ayer que no estamos hechos, entrenados para el fracaso. Es cierto. Cuando las cosas no salen como queremos nos llevamos grandes desilusiones. El caso es que no debería ser así. Lo que debería importar es cómo hemos echo las cosas, es decir, si hemos puesto parte de nosotros, nuestras ganas, nuestro cariño, nuestra buena intención. El resultado no debiera ser trascendental. Aprender y seguir caminando, de alguna forma. Aprender. Crecer como persona. Ser mejor. Y disfrutar de los fracasos como de las victorias.
Quiero equivocarme, meter la pata, cometer errores, porque así aprendo, crezco. Si te hago daño dímelo. Dímelo y dame otra oportunidad. Porque estoy entrenando, porque quiero mejorar, porque quiero hacer mejor el tiempo que pierdas conmigo.
Tratar de amenizar el camino, llenarlo de alegría, tratar de verlo desde otro prisma. Los obstáculos, las caídas, vienen solas.
Gaur zure azken eguna balitz, ze tamaina eukiko lukete zure kezkak, zure zoritzarrak?