Wednesday, July 04, 2007

Decisiones, Responsabilidad y otras banalidades.

Te la meto. Si, si, te la meto con todo el sentido fálico de la expresión. Te la meto y, si no protestas, te la meto más, hasta donde me llegue.

Aquí de lo que se trata es de ir de listo o, valga la paradoja, de hacerse el tonto.

Ejemplo práctico; mi vecino y yo tenemos dos parcelas contiguas separadas por una columna que permite tener un espacio compartido más amplio entre las dos zonas de aparcamiento. Pues nada, como soy listo, aparco mi coche y mi moto. Pero, ¿por qué poner uno detrás del otro cuando puedo utilizar el espacio compartido?. Me la sopla si a mi vecino le importa o le molesta. Pues nada, te la meto un poco, a ver si no protestas… y mañana un poco más…

¡Venga, coño!... Es que me parece alucinante. Pide permiso, respeta, no pienses sólo en tu puto ombligo, imbécil.

Porque…, os voy a decir lo que pasa. Tener moto mola. Mola, y como mola, me la compro. No sé dónde la voy a meter, ni si tengo dinero para comprarme el casco, ni si realmente me es útil… pero mola y me la compro. Se trata de estatus social, oiga.

Como lo de tener niños. Es un deber social. Tengo que tener niños y no importa con quién, me conformo con la pareja menos mala, aunque no sea la que quiero porque, oiga, mi reloj biológico me lo pide. Y luego allá cuidados si no consigo formar una familia. Si mi hijo molesta con sus deberes, o patalea, para qué molestarme en educarlo. Le doy pasta, que se vaya a la puta calle y que deje de molestar.

Lo de siempre. La gente no tiene dos putos dedos de frente, no se responsabiliza de sus actos, de sus decisiones, no tiene en cuenta cómo puede afectar a otras personas, no… no piensa. Homo homini lupus.

Ah!, la metes en otro lado, gilipollas.