Saturday, April 29, 2006

Aitite eta amama


Ayer, como casi siempre que vuelvo de entrenar, pasé por casa de mis abuelos.
Son más majos... Mi abuelo pasó verdaderas calamidades en la postguerra, y hambre. Mucha hambre. Por eso cada vez que pasas por su casa se empeña en que comas algo, frutos secos, galletas, lo que haya. Se le murió su madre cuando era niño y ha penado mucho. Es otra de las personas que admiro. Tiene un corazón que no le entra en el pecho, igual que mi amama.
Les veo encantados desde que se bajaron a vivier cerca de casa. Supongo que con tener a su hija cerca, su mujer, una casa donde vivir y comida caliente ya son felices. Bueno, salvo por los achaques de la edad.
Les miro y pienso: toda una vida juntos. Y lo gracioso es que siempre están discutiendo. Mi abuelo siempre cizañando y claro, mi amama le manda a paseo. Pero se ve que se quieren con locura. Esa es la clave.

¡Qué agujetas!. Me tocó dar la clase de Vovinam porque Iñigo se marchaba de puente y se me ocurrió la brillante idea de hacer pierna (ejercicios de fuerza, saltos, etc.). Claro que no tuve en cuenta el pequeño detalle de que hoy había quedado para ir al monte... Como resultado una siesta de 2,5 horas y unas piernas que me tiemblan. Voy a tener que tomar pastillas para el dolor, como House. Por cierto, estoy enganchadísimo a la serie, me encanta.

Ohea, ama, arreba, aita, aiton-amonak, benetazko lagunak, natura, kirola... zoriontasuna berraikitzen.

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