Sergio Ochoa Santos
Me encanta recordar el día que os conocí. Fuimos a Getxo, al puerto deportivo. Yo no sabía muy bien cómo actuar y cómo comportarme con vosotros. Pero los niños no teneis esas preocupacones de adulto, sois como el principito. Aquel día lo primero que hicísteis fue tomarme el pelo. Yo os veía como "renacuajos" que miran al mundo desde una ventana distinta, más pequeña, más borrosa, con un futuro lleno de dificultades. Pero a vosotros no os importa. Sois mucho más naturales, más auténticos, más sinceros...distintos. Os cuesta coger confianza, pero teneis un corazón...de niños.
Y para mí, aunque nuestras vidas se hayan distanciado, seguireis siendo mis niños.
Sergio. Sergio, tú eras presumido, entusiasta, ordenado, responsable, cariñoso. El fan número uno del Athletic. Con esas pecas de travieso que manchaban tu cara y esas hormonas disparadas que te hacían estar todo el rato hablando de novias. Recuerdo que simpre acudías donde mi, debido quizá a que la complicidad ente chicos te hacía sentir más seguro.
Tu risa, tu inocencia, cada momento que pasé contigo fue un regalo.
Te fuiste el día nueve de entre nosotros, a tus 16 años no pudiste superar el cancer.
Ahora descansa tranquilo, mi niño, mi amigo.
Nos volveremos a ver.
Y para mí, aunque nuestras vidas se hayan distanciado, seguireis siendo mis niños.
Sergio. Sergio, tú eras presumido, entusiasta, ordenado, responsable, cariñoso. El fan número uno del Athletic. Con esas pecas de travieso que manchaban tu cara y esas hormonas disparadas que te hacían estar todo el rato hablando de novias. Recuerdo que simpre acudías donde mi, debido quizá a que la complicidad ente chicos te hacía sentir más seguro.
Tu risa, tu inocencia, cada momento que pasé contigo fue un regalo.
Te fuiste el día nueve de entre nosotros, a tus 16 años no pudiste superar el cancer.
Ahora descansa tranquilo, mi niño, mi amigo.
Nos volveremos a ver.
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