Zama

Hoy tengo el día raro. Me he vuelto a levantar pensativo y angustiado. Nó poder controlar lo que siento me causa angustia. Como dice Bucay, sólo puedo controlar lo que hago con lo que siento, no lo que siento. Y resulta angustioso. Pero resultaría más angustioso, más dañino, dejarme guiar sólo por lo que siento, como en la parábola del carruaje (del mismo autor).

Esta tarde estaba leyendo en mi habitación y me he topado con esta frase: "Sólo soy perchero de mi propio sombrero". Me ha resultado sanamente cierta. "...puedo y debo hacerme cargo de lo que en efecto es mío...". No hablo de cosas materiales, si no de responsabilidades. Sobretodo de las afectivas.
Creo que para estar mentalmente sano hay que tener en cuenta dos cosas importantes:

1. Soy absolutamente responsable de mis decisiones. Yo y sólo yo. Y por lo tanto he de hacerme cargo de sus consecuencias. Más aún cuando interactúo con alguien.
2. "...es importante darse cuenta de que el límite de mi piel separa mi exterior de mi interior...". Es decir, soy responsable de lo mío y sólo de lo mío. No me cargues con tus responsabilidades.

Este segundo punto muchas veces nos causa angustias y frustraciones inmerecidas. Al menos yo lo he sentido así en algún momento. Porque... ¿no os ha pasado sentiros culpables por algo?. ¿Por qué no nos preguntamos en esos momentos si realmente somos culpables? o, mejor dicho, ¿por qué no nos preguntamos si somos RESPONSABLES de (todo) eso?.
Debo ser capaz de hacerme responsable de TODO lo mío y de NADA tuyo. Me he dado cuenta de que odio (porque me hace sentir mal) que vuelquen sobre mi sentimientos, situaciones, responsabilidades... de las que no soy "culpable".
Y si pretendes hacer que me sienta como tú (hundirme) para sentir que te estoy ayudando, que empatizo contigo, que te den por el culo.
Yo te ayudo, te acompaño. Cuenta conmigo. Pero no es mi responsabilidad.

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