Txabolo

El jueves y el viernes me los tomé libres por el exceso de horas currando en el proyecto de Madrid. Así que aprovechando la coyuntura, el jueves hice una entrevista y el viernes estuvimos en el txabolo de Iñigo Joaquín, yo y él mismo.
Ingredientes: trabajo campestre (estuve cortando el cesped con un cacharro de máquina...), trabajo arquitectónico (estuvimos haciendo masa, de la que saben hacer los jubilados, y preparando un escalón con una madera) y trabajos de cocina (un conejo en el horno de leña para chuparse los dedos). Todo ello acompañado con sidra asturiana que trajo Joaquín. Un lujo.

A la noche "una de trankis" con Txus, que se torció sobremanera. Terminamos tomando "una de trankis" pero en cada bar por el que pasábamos, haciendo parada y fonda en La draga. Vimos un espectáculo en el que terminaron tocándome las tetas, y nos pusimos tontorrones a kalimotxo. Muchas risas con toque latinoamericano (qué bonito es Perú)...

Oso ondo pasatu nuen, Tuz, milesker.