Hay situaciones en nuestra vida que las vivimos en diferentes lados de la mesa, como detective o delincuente, como cazador o presa, como cara o cruz. La misma situación vista de ángulos totalmente diferentes. Pasar por los dos lados nos hace salir de las 2 dimensiones que nos confiere un único
focus, para poder tener una visión tridimensional.
Hacemos y nos hacen daño. Queriendo o sin querer. Yo sólo puedo hacer mi parte, cumplir con lo mío, estar contesto y a gusto con lo que hago (aunque a veces me equivoque, falle o no esté a la,altura). No tengo control sobre la otra parte. Sólo puedo aceptarla, tal y como viene cada día, cada hora, cada minuto, sabiendo que todo puede cambiar en cualquier momento. No puedo querer que alguien sea como yo quiero que sea. No puedo enfadarme porque los demás no son quienes yo quiero que sean (Bucay), porque no cumplen con la espectativa que yo tenía generada en ellos. Ellos simplemente son.
Aunque sé lo que duele...
Lo que me recuerda una frase que oí, cuyo autor desconozco (pèrdonadme) que reza que "los únicos que no pueden fallarte son tus enemigos..."
"El encantador de Perros", una serie de
cuatro en la que un tal César Millán, ayuda a la gente a "ser el lider de la manada" de sus mascotas. Me ha hecho pensar muchas cosas a raíz de sus comentarios (totalmente intencionados, y aplicables a nuestra vida cotidiana). Como que los perros viven el momento. Que tratan de no pensar en el pasado. Que sienten la energía, tanto positiva como negativa de la gente. Que quieren ser equilibrados para ser felices... Ideas que no tenemos en cuenta en nuestro día a día y que nos hacen ser animales ansiosos, tristes, desequilibrados, territoriales...
Permitidme que me equivoque, que falle, que no esté a la altura, que a veces rompa vuestra confianza... es parte de mi (como persona), como también es parte de mí las veces que consigo (quizás no tantas como quisiera) no fallaros, estar cuando me necesitais, y tratar de daros alegrías (cuidaros, en definitiva).
